Sin embargo al saber que hemos de ser tantas cosas ¿No nos
estamos perdiendo en nuestra misma esencia? Este jueguecillo de quehaceres que
nos demanda la sociedad, nos quita el resto de ente que somos. Me refiero que
debajo de un juego programado donde hemos de: Pagar facturas, entender nuevas
economías y políticas, soñar bajo un trabajo… Cantar entre las tormentas y callar
ante nuestra soledad.
Pero no nos paramos a pensar en el estrés que nos comporta,
en los tantos malestares que hemos sufrido por no entender, por no saber… Y no
pedir una guía, un poco de conocimiento. Nos encerramos por voluntad propia,
para dar a conocer lo capaces que somos y lo poco que necesitamos(sin embargo
consumimos pero este es otro tema).
No pretendo amable lector que me considere caotica en mi
pensamiento, puesto aunque no lo crea yo entiendo estos. Solo le hago una
pregunta ¿Cuándo paro de pensar de que debía hacer en cada situación planteada
y logro hacer?
A.
A.