jueves, 25 de julio de 2013

Audiencia sí o sí

No quería hablar sobre esto porque no soy persona que aprovecha estas ocasiones para enaltecerse a sí misma de lo buena y compasiva que es, pero no soporto ver el trato que se hace de estas noticias principalmente en los medios. Es más, ni siquiera voy a especificar de qué hablo, aunque todo el mundo sepa de qué se trata. Quizás dentro de unos años alguien se tope con esta publicación y no sepa relacionarlo, y es que no me interesa añadir morbo. No sé dónde está el límite de la sensibilidad. Lo que creo es que no la tenemos, que ya no sentimos nada cuando vemos ciertas películas ni ciertas noticias: películas en las que se tortura a gente y en las que la gente muere como si fueran moscas, entre otras cosas, e imágenes en los telediarios como las de charcos de sangre y muertes en diferentes tipos de sucesos. Es el pan de cada día; nos bombardean constantemente con esta clase de material. Y cuando parece que algo sí afecta, porque es algo que ya supera cualquier cosa que podamos imaginar, van los medios y aprovechan para llenar las parrillas televisivas de programas basados en mesas redondas donde sacan a relucir cada mínimo y macabro detalle repitiéndolos hasta la saciedad, donde cualquier persona puede argumentar como si fuera un experto sobre el tema, donde invitan a familiares de las víctimas a llorar a ojos de todo el país mientras les dicen "sabemos que es duro" y cuentan por detrás la audiencia que están teniendo, etcétera. Y mientras se preparan los documentales especiales que se emitirán unas semanas después del desgraciado accidente. Es necesario informar pero no hacer morbo de ello como si fuera una película y ganar audiencia. Es una falta de respeto y sensibilidad hacia la gente que realmente lo está pasando mal, por cierto, la misma que muestra el gobierno al enviar cartas que parecen estar hechas a base de copia y pega en 5 minutos. ¿Rajoy ni siquiera se molesta en escribir él mismo esa carta? ¿En revisarla? Y, por otro lado, se aprovecha la desgracia para barrer otros temas durante unos cuantos días. Y así vamos, poquito a poco. Como ya he dicho, es una falta de respeto y de sensibilidad, como mínimo hacia esas personas que se ha visto afectadas directa o indirectamente por el accidente. Esa gente es la que está dolida, y no muchas otras personas que se dedican a poner palabras de pésame en las redes sociales casi por obligación a causa de ser gente conocida, o simplemente por quedar bien. Aborrezco todo este tipo de actitudes. Y claro que no me gusta ver este tipo de noticias, hacen que me encoja en la silla, como mínimo, y como muchas otras personas, y por eso mismo no se debe hacer un show de ello. Pero, antes de acabar, quería decir que las largas colas para donar sangre han sido algo de lo que estar orgulloso y por lo que creer un poco más en el corazón de la gente. Son cosas que te hacen pensar que aún nos queda algo de esa sensibilidad, esa que he nombrado antes cuando he dicho que ya no la tenemos a excepción de algunos casos. Este es uno de esos casos, aunque los medios a veces pierdan el norte.

(S)

lunes, 22 de julio de 2013

Extinción, zombies y aire puro

Esto es lo que he leído hoy en la página web de Antena3:

Un estudio llevado a cabo por investigadores del Consejo superior de Investigaciones Científicas ha revelado que el lince ibérico podría extinguirse en 50 años como consecuencia del cambio climático. El grupo internacional de científicos pide un giro en los planes de conservación del felino más amenazado del mundo, que no tienen en cuenta los efectos del calentamiento global.

Teniendo en cuenta la teoría de Darwin o que "la naturaleza es sabía" cabe pensar cómo es que nosotros aún no nos hemos extinguido. Básicamente hemos conseguido tomar las riendas, hasta quitárselas a la naturaleza, aunque demostrado está que ella las retoma tarde o temprano. Cuánto daño está haciendo la humanidad. No tendremos derecho a quejarnos si algún día llega nuestra hora. Y no hablo a nivel individual, sino colectivo. Somos tan egocéntricos que creemos que el fin del mundo llega cuando se extingue la humanidad. El otro día leí una cosa bastante curiosa pero cierta. El apocalipsis zombie, algo muy de moda últimamente, o quizás ya no tanto. En fin, un apocalipsis que se muestra en un contexto gris, triste, aterrador, en el que los humanos tratan de sobrevivir pero finalmente mueren. No hay salvadores ni héores. Y lo vemos como eso, el fin del mundo. Siempre nos olvidamos de las plantas, de los animales... y otros tipos de materia que existen y quizás ni lo sabemos, u otro tipo de leyes que rigen ajenas a nosotros. ¿No creéis que sería mejor para la Tierra? Se repoblarían los bosques, de una u otra forma; los mares seguirían su rumbo sin plásticos ni petróleos, sin peces muertos intoxicados, sin pesca masiva de animales en extinción, así como animales terrestres cazados y mutilados. Qué cruel que suena, y es lo que estamos haciendo. Y me cuesta hablar en primera persona del plural, porque no me siento incluida, pero a saber qué hay detrás de tantos alimentos y servicios de los cuales disponemos. Volviendo al fin del apocalipsis, aunque suene irónico o redundante, el cielo sufriría los mismos cambios para volver a ser lo que era, y la naturaleza volvería a ocupar esos lugares que eran suyos. Porque no hemos sabido vivir en armonía con ella, porque no hemos respetado los pasos de agua, porque hemos llorado después por casas destruidas gracias a ríos desbordados mientras nosotros sabíamos que los ríos desbordan, y el agua siempre recuerda su camino. No me extenderé más, porque lo cierto es que podría, pero el mensaje no puede cambiar ni mejorar por más líneas que escriba. 

(S)