lunes, 22 de julio de 2013

Extinción, zombies y aire puro

Esto es lo que he leído hoy en la página web de Antena3:

Un estudio llevado a cabo por investigadores del Consejo superior de Investigaciones Científicas ha revelado que el lince ibérico podría extinguirse en 50 años como consecuencia del cambio climático. El grupo internacional de científicos pide un giro en los planes de conservación del felino más amenazado del mundo, que no tienen en cuenta los efectos del calentamiento global.

Teniendo en cuenta la teoría de Darwin o que "la naturaleza es sabía" cabe pensar cómo es que nosotros aún no nos hemos extinguido. Básicamente hemos conseguido tomar las riendas, hasta quitárselas a la naturaleza, aunque demostrado está que ella las retoma tarde o temprano. Cuánto daño está haciendo la humanidad. No tendremos derecho a quejarnos si algún día llega nuestra hora. Y no hablo a nivel individual, sino colectivo. Somos tan egocéntricos que creemos que el fin del mundo llega cuando se extingue la humanidad. El otro día leí una cosa bastante curiosa pero cierta. El apocalipsis zombie, algo muy de moda últimamente, o quizás ya no tanto. En fin, un apocalipsis que se muestra en un contexto gris, triste, aterrador, en el que los humanos tratan de sobrevivir pero finalmente mueren. No hay salvadores ni héores. Y lo vemos como eso, el fin del mundo. Siempre nos olvidamos de las plantas, de los animales... y otros tipos de materia que existen y quizás ni lo sabemos, u otro tipo de leyes que rigen ajenas a nosotros. ¿No creéis que sería mejor para la Tierra? Se repoblarían los bosques, de una u otra forma; los mares seguirían su rumbo sin plásticos ni petróleos, sin peces muertos intoxicados, sin pesca masiva de animales en extinción, así como animales terrestres cazados y mutilados. Qué cruel que suena, y es lo que estamos haciendo. Y me cuesta hablar en primera persona del plural, porque no me siento incluida, pero a saber qué hay detrás de tantos alimentos y servicios de los cuales disponemos. Volviendo al fin del apocalipsis, aunque suene irónico o redundante, el cielo sufriría los mismos cambios para volver a ser lo que era, y la naturaleza volvería a ocupar esos lugares que eran suyos. Porque no hemos sabido vivir en armonía con ella, porque no hemos respetado los pasos de agua, porque hemos llorado después por casas destruidas gracias a ríos desbordados mientras nosotros sabíamos que los ríos desbordan, y el agua siempre recuerda su camino. No me extenderé más, porque lo cierto es que podría, pero el mensaje no puede cambiar ni mejorar por más líneas que escriba. 

(S)

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