Esta tarde mientras descansaba
después de una noche de locura… No hablo de alcohol solamente, sino
conversaciones interesantes, pensamientos intrínsecos con gente interesantes,
aquellas noches que recuerdas como una noche de conocimiento.
Me reconocí bajo una frase: “la
locura de los sueños”. En los tiempos que ahora corren, donde las aves
carroñeras te persiguen y los falsos perros están a cada lado. Queda poco
espacio para hacer de ti mismo aquel retratado sueño. No creo en el falso
idealismo de: los sueños se cumplen. Sin embargo las profecías de videntes
inmaduros hablan de perseverancia y muchas ansias. ¿En serio son esos factores para
que se cumplan los sueños?
Sueño tan simples como: un
trabajo, una persona, un perro… La perseverancia es una ayuda, quizás en un
instante para no olvidar que existe este sueño, que algún día lo conseguirás,
pero la suerte/fortuna/mística en esencia… es uno de los factores que
intervienen; fortuna que en aquella entrevista programada en el edificio tal,
de tal ciudad con Joan y Marc de jueces que valoran tu curriculum sean tan
incrédulos o astutos para que te consideren digna de trabajar allí,
coincidencia que “Bobby” tu futuro perro se encuentre justamente en aquel
criadero o protectora que habías decidido.
Entonces solo queda preguntarnos ¿Cuánta
importancia jugamos en nuestros sueños? La locura nos da lugar a imaginación, quizás
buena o mala, siempre se ha de definir por las circunstancias. Pero nosotros,
estas personas con nombres y características definidad, somos finalmente un
factor a añadir a nuestros “locos sueños”. Siempre ha habido una lista no
escrita de nuestros a cumplir: que deberíamos haber hecho antes de… x edad. Sin
embargo, a veces dejamos pasar el hecho que para que un sueño se haga real, la
fortuna y nosotros debemos estar en completa sincronización por asi decirlo:
-
Estado de ánimo correcto, en el lugar correcto, con la ambientación correcta.
(A.)
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