Despertó sola en la cama, percibió su olor, fresco como esa mañana, pero él no estaba, no se escuchaban sus pasos ni aquella canción que frecuentemente tarareaba... y ella, esperando el regreso, ahora sí estaba lista para quererlo, imagino que saldría a caminar como habitualmente lo hacía, pero no, pasaron horas, se molestó, cómo pudo él ser tan irracional, ella al fin lo quería después de los dos cuestionárselo por tanto tiempo. Pero no volvió esa mañana, ni en la tarde, ya muy noche ella durmió, y al despertar al siguiente día aún más frustrada se echó a llorar, ni con esas lágrimas puedo hacerle volver. Sintió tal tristeza y coraje, pero también se sabía responsable, pero lo sentía irónico, el día que ella reaccionó es en el que él se dio por vencido, tonto él, esperó tanto; tonta ella, tardó tanto en entender que lo tenía todo.
Desde México y por cortesía de Mario Alberto R.T. a través de S
No hay comentarios:
Publicar un comentario