jueves, 27 de marzo de 2014

Y tú, ¿qué comes?

Mientras más leo más me asusto de la cantidad de cosas que nos llevamos a la boca sin saber qué método se utilizado para su elaboración, qué ingredientes lleva, a quién (animales y personas) o a qué (medio ambiente) han afectado antes, durante y después de su proceso y, por ende, cómo nos afectan. Después nos extrañamos del desarrollo de ciertas enfermedades que, casualmente, crecen a la par que las grandes civilizaciones. Creo que somos lo que comemos (aunque no solo la buena alimentación juega un papel esencial en ello), pero, si me permitís, haré una reinterpretación de la famosa y acertada expresión: somos lo que quieren que comamos. Por otro lado, creo que es necesario replantearse quién controla la oferta de alimentos y cómo. Un mínimo de compañías controlan un máximo tanto por ciento de la producción de alimentos. ¿Crees que el dinero va a diferentes bolsillos dependiendo del súper o la marca que compras? ¿Has pensado alguna vez dónde ha estado o cómo han alimentado, entre otras cosas, el pollo que te estás comiendo? ¿Y el gran invento del azúcar blanco? Me siento como Homer Simpson siendo Mr. X. A diferencia de él, estas no son cosas que invento sobre la marcha buscando visitas. Además, en este caso, tenemos la información a nuestro alcance. Me pregunto por qué la sociedad no se molesta en romper este juego peligroso. La sociedad es injusta, pero no os engañéis, la culpa no es de los demás. Todos somos cómplices. Como decía Víctor Hugo, aplicable a todo lo que se os ocurra, entre un gobierno que lo hace mal y un pueblo que lo consiente hay cierta complicidad vergonzosa.

(S)

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