martes, 11 de diciembre de 2012

Don de lenguas

Mi querida cuna,
tan débil y fuerte a la vez,
madre de muchos y hermana de tres.

Con tus brazos has mecido la cultura y la vida,
has sufrido la muerte del alma durante muchos años,
retornada aunque nunca perdida con amor de tus hijos de piel.

Tu hermana consiguió conocer a más gente,
los motivos no importan, pues son motivos humanos, premeditados y calculados,
al menos eso dicen. Quizás no...

La culpa no es suya, ni tuya....
No seas rencorosa pues las dos sois cultura,
juntas... un mundo.

Hermana mayor, no en edad ni en nobleza, sí en espacio,
cuida a tu hermana menor como si no hubiera mañana,
aunque aquellos que te hacen danzar sean los que tienen el poder de hacerlo.

Pero, dicho así,
cuídala, pues ella es víctima de dos bandas,
y tú, como igual, debes romper la cuerda que quita vida.

Cuídala,
así como a tus otras bellas y dignas hermanas.
Que vuestra salud sea eterna y que mis hijos sean vuestros hijos.

S

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